Yo no me muero de hambre. Y probablemente tú, que estas leyendo esto, tampoco.
Ya estoy harto de ver por la tele, a la hora de la comida, si puede ser, como los medios de comunicación pretenden hacernos sentir culpables a la población del llamado 1ºer Mundo. Su armas:
1) Imágenes: Mientras acercas tu cuchara a la boca, te bombardean con las grabaciones que han realizado reporteros, que lo único que les mueve es el dinero. Negros con una costra de moscas mirando a la cámara, con sus ojos clavados en los tuyos.
2) Dialéctica: Al mismo tiempo que te deleitas con estas magnificas imágenes, tú, en tu casa, la que has pagado con el sudor de tu frente, de manera legal y honrada, repito, sin robar a nadie, con tu propio esfuerzo; un reportero, altamente remunerado, te habla como si te conociera de toda la vida. Sutilmente, subliminarmente, te describe como una mala persona por tener dinero, poco o mucho.
Esta situación, que llevo viviendo desde que tengo uso de razón (si es que lo he tenido alguna vez), no es más que una artimaña para limpiar las manos de políticos Africanos, (Reyes y dictadores que se gastan el dinero de la ayuda humanitaria en retretes de oro, no es broma!), políticos del primer mundo, explotando sus recursos, y un sin fin de razones...
Pero que quede claro, la culpa no la tenemos ni yo, ni tu. La tienen todos lo de arriba. Los que manejan de verdad la pasta, que la manejen bien en todos los ámbitos, pero que no me vengan con manipulaciones psicológicas televisivas, por que conmigo no sirve. Que no sirva contigo tampoco.
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